El incremento de esta actividad se debe a un avance en la tecnología médica, un aumento en los pacientes susceptibles de tratamientos alternativos a la cirugía y en las indicaciones.

Cuando pensamos en la labor que realiza un anestesiólogo, normalmente nos viene a la mente la imagen de un profesional dentro del quirófano anestesiando a un paciente, pero los anestesiólogos realizan muchas más tareas. Una de ellas es lo que se conoce como Anestesia Fuera de Quirófano (AFQ). En los últimos años, ha habido un aumento en las demandas de AFQ, una actividad que engloba los diferentes grados de sedación, anestesia general y vigilancia utilizados en la práctica habitual, pero con características diferentes a las que se aplican al paciente quirúrgico. El incremento de esta actividad se debe a un avance en la tecnología médica, una ampliación en el rango de pacientes susceptibles de tratamientos alternativos a la cirugía y un aumento en las indicaciones.

El Servicio de Anestesia, Reanimación y Terapia del Dolor del Hospital Universitario Joan XXIII lleva más de 20 años realizando actividad de AFQ. Inicialmente se empezó a sedar a pacientes pediátricos para realizar pruebas de Diagnóstico por Imagen (TAC y Resonancia Magnética). Poco a poco se fueron aumentando los procedimientos según los avances tecnológicos y las necesidades del Hospital Joan XXIII. Actualmente, el Servicio de Anestesia brinda cobertura a diferentes procedimientos tanto diagnósticos como terapéuticos, siendo referencia para las Regiones Sanitarias del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre. Los procedimientos que se realizan con AFQ son los siguientes:

  • Radiodiagnóstico: TAC y RM
  • Radiología intervencionista: embolización vascular, quimioembolización tumoral, trombectomías en código ictus, etc.
  • Procedimientos endovasculares: endoprótesis aórtica, colocación de filtros, embolizaciones vasculares, etc.
  • Procedimientos de digestivo: fibrogastroscopia, fibrocolonoscopia, esclerosis de várices esofágicas, ecoendoscopia, colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), etc.
  • Hemodinámica: corrección de comunicación interauricular, cierre de orejuela, cateterismos cardiacos, colocación de DAI, etc.
  • Hematología: punción-biopsia de médula ósea.
  • Urología: litotricia.

A todos estos procedimientos debemos añadir otros cuando se trata de pacientes pediátricos o porque, por alguna circunstancia, los pacientes no toleran la realización de diferentes pruebas diagnósticas o terapéuticas.

La realización de la AFQ conlleva unas condiciones especiales, ya que el anestesiólogo se encuentra en un ambiente que no es el habitual (quirófano): áreas físicas poco preparadas, aislamiento de los compañeros, acceso limitado al paciente, pacientes programados de forma ambulatoria, escasa dotación de material anestésico, etc. Por tanto, es una actividad en la que se debe tener todo el material bien preparado y organizado, personal entrenado y la posibilidad de una respuesta rápida ante cualquier incidente adverso. Como dice Peter Ducker, «La mejor estructura no garantiza los resultados ni el rendimiento, pero una estructura equivocada es una garantía de fracaso».