El Servicio de Neurología incorpora la gastrostomía endoscópica percutánea y la bomba de infusión subcutánea a su cartera de servicios para tratar el Parkinson.
La Dra. Ángela Monterde, neuróloga del Hospital Universitario Joan XXIII, visita una treintena de pacientes con Parkinson al mes y diagnostica entre 40 y 50 nuevos al año en la Consulta de trastornos del movimiento.
Coincidiendo con el Día Mundial del Parkinson de este 11 de abril, el Hospital Universitario Joan XXIII de Tarragona inicia dos nuevas terapias avanzadas para tratar esta enfermedad neurológica. Concretamente, se trata de la bomba de infusión subcutánea, que se cambia diariamente, a través de la cual el paciente recibe la medicación, y la gastrostomía endoscópica percutánea (PEG), una cirugía mediante la cual se coloca una sonda flexible en el estómago que permite administrar medicamentos sin pasar por la boca y el esófago.
La Dra. Ángela Monterde, neuróloga especialista de la consulta de trastornos del movimiento en el Hospital Joan XXIII, visita unos 30 pacientes con Parkinson al mes y diagnostica entre 40 y 50 nuevos al año. La Dra. Monterde afirma que en esta consulta «un 60%, aproximadamente, son pacientes con Parkinson y el 40% restante tienen otros trastornos como parkinsonismo atípico, temblores, distonía (posturas forzadas), tics, etc.» A pesar de la enfermedad, la doctora explica que «los pacientes con Parkinson tienen una esperanza de vida equiparable a la de otras personas sin la enfermedad y pueden llegar a vivir quince años con buena calidad».
El Parkinson es un trastorno degenerativo con una sintomatología que va en aumento con el paso del tiempo y que comienza con temblores o problemas para caminar. Sin embargo, «hay un período llamado ‘luna de miel’, que dura entre tres y cinco años, en el que con la medicación, que regula la dopamina, los pacientes se encuentran bien», asegura la neuróloga. Pasado este período, algunos pacientes acabarán necesitando recibir terapias avanzadas médicas como las que se están comenzando a llevar a cabo en el Hospital Joan XXIII, o bien, cirugía de Parkinson en el Hospital Universitario de Bellvitge, que consiste en colocar electrodos en los ganglios de la base del cerebro.
Con esta nueva oferta de servicios, el Hospital Universitario Joan XXIII de Tarragona reafirma su compromiso con la excelencia en la atención sanitaria y demuestra su voluntad de proporcionar a los pacientes con Parkinson las opciones más avanzadas y eficaces para el tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa.