La escleroterapia con alcohol tras la punción ecoguiada del quiste de ovario es una opción menos agresiva para tratar los endometriomas, que afectan hasta a un 40% de mujeres con dificultades reproductivas

El estudio ha estado liderado por el Hospital de Bellvitge y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL)

El Hospital Universitario Joan XXIII ha participado en un ensayo clínico multicéntrico que confirma que la escleroterapia con alcohol, aplicada después de la punción ecoguiada de los endometriomas, es una alternativa segura, eficaz y menos invasiva que la cirugía laparoscópica. El estudio, coordinado por el Hospital de Bellvitge y el IDIBELL con la colaboración de 20 centros de todo el Estado, es el primer ensayo clínico aleatorizado realizado en un entorno real que compara ambas técnicas en mujeres de 18 a 40 años con endometriomas.

La endometriosis afecta a cerca del 10% de las mujeres en edad fértil y puede generar dolor crónico, infertilidad y un impacto notable en la calidad de vida. Los endometriomas –popularmente conocidos como “quistes de chocolate”– aparecen en un 20-40% de las mujeres que ya conviven con esta enfermedad, y hasta un 40% de las que consultan por dificultades reproductivas.

Los resultados del ensayo, publicados en Archives of Gynecology and Obstetrics, indican que la escleroterapia presenta una seguridad equiparable a la cirugía, con complicaciones graves muy infrecuentes (1,1%). Después de más de dos años de seguimiento, las recurrencias son similares entre ambos grupos (22,8% en el tratamiento con alcohol y 25,7% en el quirúrgico), mientras que el control del dolor muestra una evolución más favorable en las pacientes tratadas con escleroterapia (89% de alivio o desaparición del dolor, frente al 66%).

«Este ensayo aporta evidencia sólida para que los profesionales puedan ofrecer opciones menos agresivas, igualmente efectivas y mucho más eficientes desde el punto de vista de la sostenibilidad del sistema sanitario», explica la Dra. Amparo García-Tejedor, médica del Servicio de Ginecología del Hospital de Bellvitge e investigadora del IDIBELL, y responsable del estudio. «Es una alternativa que puede transformar la práctica clínica porque podría preservar mejor la función ovárica, evita riesgos quirúrgicos y da más autonomía a las mujeres», añade.
A diferencia de la laparoscopia, la punción ecoguiada con alcohol es un procedimiento ambulatorio, de unos 30 minutos, que habitualmente no requiere anestesia, evita el riesgo de adhesiones y puede preservar mejor la reserva ovárica. Además, tiene un coste hospitalario cinco veces inferior al de la cirugía.

El Servicio de ASSIR – Ginecología y Obstetricia del Hospital Joan XXIII ha adoptado esta práctica desde 2020. «Acumulamos mucha experiencia en punciones vaginales. Esto ha hecho más fácil normalizar el uso de esta técnica en el día a día», explica Maria Gómez, adjunta del Servicio. Actualmente, en el centro se realizan en torno a una quincena anual de escleroterapias con alcohol, mayoritariamente como complemento a tratamientos farmacológicos. La doctora Gómez afirma que «la experiencia en esta técnica ha permitido llevarla a cabo no sólo en los endometriomas, también en los quistes simples».

Como continuación del ensayo, Bellvitge ha puesto en marcha el nuevo estudio ESCOMA, financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria del Instituto de Salud Carlos III. La investigación analizará si esta técnica puede preservar mejor la función ovárica y favorecer la fertilidad. Incluirá a 288 mujeres y comparará los resultados de la punción ecoguiada con alcohol con los del tratamiento médico convencional.