La incorporación de un angiógrafo intraoperatorio permite realizar procedimientos de cirugía convencional abierta y procedimientos radiológicos en el mismo quirófano.
Este hecho permite la disponibilidad permanente del anestesista, lo que mejora el confort y la seguridad de los pacientes, y reduce el tiempo quirúrgico, la dosis de radiación y los requerimientos de contraste yodado.
Los servicios de Neurocirugía y de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona disponen de un quirófano híbrido gracias a la incorporación de un angiógrafo intraoperatorio. Se llama quirófano híbrido aquel en el que se pueden realizar procedimientos de cirugía convencional abierta y, además, procedimientos radiológicos.
Tanto en patología arterial urgente como programada, disponer de un quirófano híbrido permite hacer un abordaje más completo a la hora de hacer tratamientos aórticos y del sistema arterial periférico, ya que facilita su ejecución. Además, la gran ventaja es que permite realizar modificaciones estratégicas durante el mismo procedimiento quirúrgico.
En cirugía craneal, contar con un angiógrafo intraoperatorio facilita la planificación quirúrgica, minimiza el riesgo de complicaciones de tipo vascular (isquémico y hemorrágico). Además, en el caso de requerir una prueba postoperatoria urgente, disminuye el tiempo de traslado desde el quirófano hasta la sala de imagen, lo que ahorra unos minutos valiosos para la resolución de complicaciones potenciales.
En cirugía espinal se requiere la máxima precisión, especialmente con técnicas mínimamente invasivas. Contar con imágenes 3D intraoperatorias es clave para lograr este objetivo, ya que asegura la correcta implantación protética (tornillos transpediculares). Además, disminuye al máximo la cirugía de revisión/recolocación de material protético (menos del 1% de reintervenciones por recolocación de tornillos).
Por tanto, una gran ventaja para los dos servicios es que se pueden combinar ambos procedimientos, cirugía convencional abierta y procedimientos radiológicos, en el mismo acto quirúrgico. Antes, se realizaban de forma separada, en tiempo y espacio. Por el hecho de realizar los dos procedimientos en el mismo quirófano, la disponibilidad del anestesista es permanente, lo que mejora el confort y la seguridad del paciente. También se reduce el tiempo quirúrgico, la dosis de radiación y los requerimientos de contraste yodado.
El presente y el futuro de las intervenciones quirúrgicas se dirige hacia intervenciones menos invasivas y más complejas y, en este sentido, el nuevo quirófano híbrido es una herramienta fundamental en esta evolución y un gran avance tecnológico para el Hospital Joan XXIII, que es centro de referencia de la provincia para pacientes con patología vascular y del sistema nervioso central y periférico.