El programa, piloto en Cataluña, está dirigido desde el Servicio de Aparato Digestivo de Joan XXIII y se ha calculado que se beneficiarán unos 90 usuarios del CAS.

Será llevado a cabo por un equipo multidisciplinario formado por hepatólogos y farmacólogos del Hospital junto con profesionales del propio CAS.

El Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona y Gestión y Prestación de Servicios de Salud (GiPSS) han iniciado un programa, piloto en Cataluña, para la detección, el estudio y el tratamiento de personas con hepatitis crónica por virus C atendidas en el Centro de Atención a las Drogodependencias (CAS) de la ciudad de Tarragona. Denominado proyecto CasTaHepC y dirigido desde el Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Joan XXIII, será llevado a cabo por un equipo multidisciplinario formado por hepatólogos, farmacólogos y profesionales del CAS. Se ha calculado que unos 90 usuarios del CAS se beneficiarán del programa.

La hepatitis crónica por virus C se considera actualmente un problema de salud pública. En relación con este marco conceptual, siguiendo las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha definido una estrategia internacional dirigida a detectar el máximo número posible de personas infectadas por este virus, someterlas a tratamiento y curar su enfermedad. Este programa que se inicia en la ciudad de Tarragona se incluye dentro de las estrategias puestas en marcha desde el Departamento de Salud y la Agencia de Salud Pública de Cataluña para adaptarse a las directrices de la OMS.

    

Justificación del proyecto

Las directrices actuales que defienden el acceso de todas las personas infectadas al diagnóstico y tratamiento de la hepatitis C son las que justifican el proyecto que se pone en marcha en la ciudad de Tarragona. El proyecto CasTaHepC se basa en la atención integrada a las personas usuarias del CAS que se encuentran en programa de deshabituación con metadona, en el mismo centro. Con una periodicidad semanal, un equipo formado por un hepatólogo, una enfermera clínica de Hepatología y una farmacéutica se desplazan al CAS para estudiar, evaluar el grado de lesión hepática mediante las exploraciones pertinentes, e iniciar el tratamiento de la Hepatitis C, que se dispensará en el mismo CAS por los profesionales del mismo. Todas estas actuaciones se realizan en la misma visita, permitiendo el inicio inmediato del tratamiento y facilitando la adherencia de los usuarios, que realizarán todo el seguimiento en el CAS. Desde el Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Joan XXIII se están iniciando otros proyectos y programas específicos dirigidos a detectar y curar el mayor número posible de casos de hepatitis C en nuestro territorio. La mayoría de ellos son proyectos multidisciplinarios en los que colaboran profesionales de los diferentes dispositivos sanitarios (hepatólogos, farmacólogos, profesionales de atención primaria, médico psiquiatra y DUI del CAS, etc.). La OMS pretende que en el año 2030 el 90% de las personas infectadas por el virus de la hepatitis C estén diagnosticadas y puedan acceder al tratamiento, lo cual solo será posible mediante un trabajo en equipo.

La hepatitis crónica por virus C es una enfermedad silente, que habitualmente no presenta síntomas en el momento de la infección ni durante su evolución en fase crónica. Se trata de una enfermedad producida por un virus que se transmite mediante el contacto de nuestra sangre con la sangre de las personas infectadas y que se aloja en el hígado. Hay diferentes vías demostradas de posible contagio: haber recibido una transfusión de sangre o derivados antes de 1990 (a partir de este año hay una metodología analítica para detectarlo), realizar tatuajes o piercings en centros no homologados que no utilizan material de un solo uso, mantener relaciones sexuales que puedan producir traumatismos sin adoptar medidas de protección (preservativo), y como fuente más importante, haber compartido material de inyección endovenosa o de administración intranasal de diferentes drogas (heroína, cocaína, etc.), en algún momento de la vida. En cualquier caso, en más del 30% de las personas infectadas no se llega a conocer la fuente de contagio. Es de gran importancia que todas aquellas personas que consideren haber tenido algún factor de riesgo de contagio durante su vida se sometan a un sencillo análisis de sangre para poder detectar la posible infección. La mayoría de los Centros de Atención Primaria del ICS Camp de Tarragona cuentan actualmente con profesionales referentes expertos en la detección de las hepatitis víricas y utilizan un circuito ágil y rápido de acceso de los pacientes a la Unidad de Hepatología del Hospital Joan XXIII.

En un porcentaje elevado de las personas que se infectan (60-85%), el virus no se elimina y permanecerá de forma crónica indefinida en el hígado. En estos casos, la infección viral no desaparecerá de forma espontánea y solo se logrará la curación mediante la aplicación de un tratamiento adecuado. La gran preocupación de esta evolución crónica radica en que un porcentaje significativo de pacientes con hepatitis crónica por virus C pueden terminar presentando, en un tiempo variable que oscila entre 5 y 25 años, una afectación importante en su hígado en forma de aparición de tejido fibroso y cicatrices que acaban produciendo una Cirrosis Hepática, una enfermedad grave e irreversible del hígado que puede desencadenar complicaciones graves y resultar en la muerte de las personas afectadas.

Tratamiento de la hepatitis C

Desde el año 2014 existen tratamientos muy efectivos, capaces de curar la infección en más del 97% de los casos. Se trata de medicamentos de fácil administración por vía oral, en forma de pastillas, sin efectos secundarios asociados y en pautas muy cortas de tiempo (8 a 12 semanas de tratamiento). Hasta ahora, se han tratado y curado más de 25,000 personas en Cataluña. Las personas usuarias de los centros de drogodependencias constituyen un colectivo con prevalencias muy elevadas de infección por el virus C y, por lo tanto, son un grupo a tener muy en cuenta si se pretende eliminar la transmisión del virus. Hasta ahora, por múltiples razones, este colectivo ha tenido grandes dificultades para acceder a los dispositivos sanitarios habituales (Centros de Atención Primaria y consultas especializadas de Hepatología) donde se realizan los estudios de detección y tratamiento de la hepatitis C, por lo que se estaba dejando de actuar en uno de los focos más importantes de transmisión de la infección.