Desde finales de agosto, están en marcha las obras para establecer la segunda sala de hemodinámica en el Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona. Esta segunda sala es una necesidad que tiene el centro sanitario por diferentes motivos:
En primer lugar, para garantizar la seguridad de los pacientes, ya que la única sala de hemodinámica que hay actualmente está sobresaturada de actividad (en 2017 los profesionales realizaron 1823 cateterismos diagnósticos más 999 angioplastias). Con la segunda sala de hemodinámica se podrían realizar unos 300 o 400 cateterismos adicionales.
Además, hay un grupo de población, principalmente del Baix Penedès, que actualmente tiene que desplazarse a Barcelona debido a la saturación de la actividad.
En 2018 se inició la electrofisiología cardíaca en una sala provisional y la segunda sala de hemodinámica permitiría potenciar este tipo de intervención, pudiendo realizar entre 150 y 200 intervenciones más al año.
Las obras de la segunda sala de hemodinámica del Hospital Joan XXIII están asociadas a una mejora y redistribución de los espacios periféricos en ambas salas, que serán paralelas con dos mesas de control en el mismo espacio. Estos espacios periféricos implican la mejora de la recepción, los vestuarios, el almacén, las consultas médicas, el área de descanso, los servicios y el área de retorno de los pacientes, que pasará de 4 a 6 espacios para ubicarlos con camillas.