El Hospital Joan XXIII es el primer centro sanitario de Cataluña y de España en desarrollar una herramienta informática y diseñar una metodología propia e innovadora de gestión clínica en la UCI, con los datos de los pacientes, que ha recibido el reconocimiento del ICS a través del financiamiento de un proyecto Innòbics que permitirá consolidar esta línea de trabajo. Esta metodología se ha desarrollado durante años a través de un equipo de investigación multidisciplinar que ha contado con la participación de médicos, biotecnólogos, ingenieros, matemáticos y abogados. Esta metodología fue reconocida el año pasado en el Congreso del Datathon celebrado precisamente en Tarragona, junto con el Massachusetts Institute of Technology, y con la publicación en una revista científica de impacto como International Journal of Medical Informatics.

Referencia: Validation of the ICU-DaMa tool for automatically extracting variables for minimum dataset and quality indicators: The importance of data quality assessment.

Sirgo G, Esteban F, Gómez J, Moreno G, Rodríguez A, Blanch L, Guardiola JJ, Gracia R, De Haro L, Bodí M.

Int J Med Inform. 2018 Apr;112:166-172. doi: 10.1016/j.ijmedinf.2018.02.007).

La Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Joan XXIII es una unidad pionera en el uso secundario de los datos de los pacientes en materia de gestión clínica. Primero, desarrollando una metodología que permite obtener los datos de los pacientes de forma segura para ver cómo se están haciendo las cosas en materia de calidad. En segundo lugar, sobre esta herramienta, se evalúa el trabajo de acuerdo a los protocolos (indicadores de proceso) y los resultados que se tienen en cuanto a las actuaciones (indicadores de resultado). La jefa del Servicio de Cuidados Intensivos del Joan XXIII, Maria Bodí, explica que «esta forma de trabajar permite ser transparentes y consolidar las bases para evaluar y mejorar la calidad y la seguridad de la asistencia a los pacientes».

Esta metodología permite un detalle mucho superior a la hora de evaluar los riesgos. En la UCI del Joan XXIII, los sistemas de información clínica han permitido integrar toda la información, además de los datos que los profesionales incluyen de forma ordenada durante el proceso de atención al paciente crítico. Es decir, se integran también resultados de laboratorio, de pruebas de imagen, información de la historia clínica, y los datos de todos los dispositivos de cabecera del paciente (ventilación mecánica, monitorización, máquinas de diálisis, etcétera).

Mediante estos indicadores diseñados con tecnología innovadora, es posible evaluar procesos asistenciales y resultados. Si el profesional participa en el diseño del proceso asistencial, en la planificación, conoce cómo se están haciendo las cosas y qué resultados se tienen, e implica y compromete con los objetivos del servicio y de la organización.

Se requiere pasar de la medicina reactiva a la medicina predictiva, preventiva y personalizada. La aplicación de métodos predictivos de vanguardia y la manipulación de datos requieren habilidades de colaboración entre profesionales expertos del dominio médico y del tecnológico, y nuevos modelos de tratamiento y análisis de datos. Además del uso primario de los datos, es decir, lo que se hace diariamente en la cabecera del paciente para tomar decisiones en cuanto a diagnóstico, tratamiento, planificación del proceso de atención, etc., también se está haciendo un uso secundario de los datos, que significa utilizar los datos para la gestión y la investigación con el objetivo final de mejorar la atención al paciente.

La jefa de Medicina Intensiva del Joan XXIII, Maria Bodí, explica que los principales retos del servicio que dirige son «seguir desarrollando esta herramienta de explotación de datos que permite realizar un análisis de los procesos y resultados que vamos obteniendo diariamente para ser conscientes de dónde debemos focalizar la atención para mejorar». La doctora Bodí añade que «es necesario aprovechar el uso secundario de los datos para hacer investigación y generar algoritmos de aprendizaje automático que sean capaces de ayudar al médico a tomar las decisiones más acertadas, según el perfil de cada paciente». «Todo este trabajo ayudará a brindar una mejor asistencia y un mejor pronóstico en los casos graves, por lo tanto, a que los pacientes mueran menos», asegura el especialista Alejandro Rodríguez.