El 16 de noviembre es el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), una patología muy común con una prevalencia en Cataluña que supera el 17% en adultos y que afecta al doble de hombres que de mujeres.

El principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad es el consumo activo de tabaco o la exposición pasiva al humo del mismo, por lo que es importante dejar de fumar.

Para diagnosticar la EPOC es imprescindible realizar una espirometría, una prueba disponible en todos los centros de atención primaria y, por lo tanto, muy accesible para la población.

La EPOC es una enfermedad muy común que afecta al 12% de la población adulta en España, con importantes diferencias entre las distintas comunidades autónomas. En Cataluña, la prevalencia supera el 17% en adultos, con casi el doble de hombres afectados que mujeres. En nuestro entorno, cuatro de cada cinco pacientes no están diagnosticados y, por lo tanto, no están recibiendo tratamiento.

El principal factor de riesgo para desarrollar la enfermedad es el consumo activo de tabaco, así como la exposición pasiva al humo. Otras exposiciones, como la contaminación atmosférica, la quema de biomasa o algunas alteraciones genéticas, se han relacionado con la enfermedad, pero su papel es prácticamente anecdótico en la mayoría de los casos. Como su nombre indica, la enfermedad se caracteriza por una obstrucción progresiva del diámetro de los bronquios, lo que provoca la aparición de síntomas típicos como sensación de ahogo, tos, expectoración de flemas o infecciones bronquiales recurrentes.

Para diagnosticar esta enfermedad, es imprescindible practicar una espirometría, prueba disponible en todos los centros de atención primaria y, por lo tanto, muy accesible a la población. Es sencilla de llevar a cabo por parte de los profesionales sanitarios capacitados, inocua para el paciente y con el resultado disponible en el mismo momento. Mediante la espirometría, se obtiene información sobre el funcionamiento del sistema respiratorio, lo que permite diagnosticar la enfermedad y clasificar su gravedad. Por esta razón, actualmente se recomienda que toda persona adulta con antecedentes de consumo de tabaco o con síntomas de la EPOC consulte con su médico de familia.

El médico de familia e investigador del ICS Camp de Tarragona, Toni Santigosa, asegura que «la acción más importante para frenar la evolución de la enfermedad es dejar el tabaco. Por esta razón, debe ser el primer objetivo terapéutico en todo paciente con diagnóstico de EPOC». El ICS Camp de Tarragona tiene distintas líneas de investigación con el objetivo de incrementar las tasas de abandono del tabaquismo. Estas investigaciones utilizan diferentes intervenciones no farmacológicas orientadas a motivar al paciente para que deje de fumar. Una de ellas es el estudio ESPITAP, recientemente publicado, y el estudio RESET, que evalúa en qué medida mejora la abstinencia al tabaco el hecho de informar al paciente detalladamente de los resultados de su función pulmonar obtenidos mediante la espirometría. Otra estrategia incluye el uso de aplicaciones móviles, como la APP TobbSTOP, desarrollada por grupos de investigación del ICS Camp de Tarragona junto con la Universitat Rovira i Virgili. Mediante el uso de esta aplicación basada en la gamificación, el paciente recibe soporte en las diferentes etapas del proceso de abandono del tabaco. Ambas líneas de investigación han obtenido muy buenos resultados y han conseguido incrementar significativamente las tasas de abstinencia.

Además del abandono del tabaco, existen tratamientos farmacológicos, fundamentalmente basados en el uso de inhaladores, que son efectivos para reducir la sintomatología provocada por la enfermedad y minimizar el riesgo de complicaciones futuras. También es importante destacar la relevancia de las terapias físicas basadas en la rehabilitación respiratoria para mejorar la sintomatología y la calidad de vida del paciente.

En cualquier caso, teniendo en cuenta el papel fundamental que juega el tabaco en el desarrollo de la EPOC, es necesario evitar el inicio del consumo, especialmente en la población joven, y fomentar el abandono del hábito en aquellos que ya lo han iniciado. Asimismo, es crucial hacer hincapié en la detección temprana de la enfermedad cuando aparecen síntomas sugestivos para instaurar un tratamiento de manera precoz.