El principal tratamiento es la hipotermia terapéutica, que baja la temperatura del cuerpo hasta los 33 ºC para disminuir el metabolismo y la inflamación generalizada, y reducir el sufrimiento del cerebro.
Llamar al 112 y realizar maniobras de RCP antes de la llegada del SEM es clave para la supervivencia del paciente hasta la llegada al hospital.
Manuel Castro, paciente de 66 años, sufrió una parada cardíaca por muerte súbita en su domicilio en enero de 2021. Después de que un vecino le realizara maniobras de reanimación (RCP), llegó el SEM que continuó con las maniobras (duraron 33 minutos en total). El SEM hizo un diagnóstico de infarto de miocardio y trasladó al paciente al Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona, a la sala de Hemodinámica, donde se le practicó un cateterismo para abrir la arteria obstruida. Posteriormente, el paciente ingresó en la Unidad Coronaria donde recibió el tratamiento de hipotermia terapéutica. A pesar de las graves complicaciones en el momento del ingreso, el paciente recuperó la conciencia sin secuelas neurológicas. Actualmente, Manuel Castro ha vuelto a trabajar como profesor de autoescuela y explica: «No recuerdo nada de aquel momento, cuando desperté estaba ingresado en el hospital». Manuel Castro vuelve a ir en bicicleta, una de sus aficiones, y afirma estar «totalmente agradecido al hospital, me salvaron la vida».
El médico de urgencias e investigador del SEM Youcef Azeli explica la trascendencia de la muerte súbita con datos: «En el Camp de Tarragona se produce una muerte súbita cada dos días, en comparación con los accidentes de tráfico (uno cada 10 días) y los suicidios (uno cada 8 días)». El 50% de estos eventos ocurren en el domicilio y el 40% en la vía pública. Azeli afirma que «el 50% de los casos ocurren de forma inesperada y sin síntomas previos, solo el 20% de los pacientes presentan disnea (ahogo) y el 12% dolor torácico minutos antes». En el territorio el SEM trata alrededor de 270 paradas cardíacas al año, y el 68% de estas (unas 180) son por muerte súbita de causa cardíaca. Solo el 30% llega al hospital de referencia. La media de edad de los pacientes que la padecen es de 66 años.
El especialista en Cardiología del Hospital Universitari Joan XXIII Gil Bonet explica la cadena de supervivencia y la importancia de los tratamientos especializados que los pacientes reciben en la Unidad Coronaria del centro sanitario: «Cuando un paciente no responde y tiene dificultad respiratoria se debe llamar inmediatamente al Servicio de Emergencias y se deben hacer las maniobras de RCP; por eso, es importante que haya gente con formación para hacerlas». Luego, el Equipo del SEM estabiliza al paciente y lo lleva al centro de referencia en cuidados postresucitación, que es el Hospital Universitari Joan XXIII. Los pacientes con sospecha de infarto se llevan a la sala de Hemodinámica para intervenir las arterias que les han provocado el infarto. Los pacientes con sospecha de parada cardíaca por otras razones (arritmias por otras enfermedades, etc.) reciben otros estudios (TAC pulmonar, etc.) y cateterismo, si es necesario.
Automáticamente se ingresan a estos pacientes en la Unidad Coronaria para hacerles tratamientos específicos. El tratamiento principal es la hipotermia terapéutica. Bonet explica que este tratamiento consiste en “conectar al paciente a una máquina con parches que se enfrían con agua para bajar la temperatura del cuerpo hasta unos 33 ºC durante 24 horas”. En estas primeras 24 horas “el objetivo es bajar la temperatura para que disminuya el metabolismo y la inflamación generalizada y así lograr que el cerebro no sufra tanto”, afirma el cardiólogo. Este tratamiento, durante las primeras horas, es vital para la supervivencia del paciente. Además, en la Unidad Coronaria los pacientes reciben otros tipos de cuidados intensivos.
La Unidad Coronaria del Joan XXIII ingresa alrededor de 45 pacientes al año con paro cardíaco, de los aproximadamente 70 que pueden llegar al hospital. Son pacientes muy críticos y algunos llegan muertos. Los datos de supervivencia indican que un 47% de los pacientes ingresados en esta Unidad se recuperan. Son pacientes que ingresan muy críticos. De este 47%, “el 85% se recuperan bien y no tienen dependencia ni grandes limitaciones”, asegura Gil Bonet. Manuel Castro es un ejemplo.
Youcef Azeli explica varias líneas de investigación importantes relacionadas. El 40% de los pacientes que sufren un paro cardíaco recibe maniobras de RCP antes de que llegue el SEM, lo que multiplica las probabilidades de supervivencia. Azeli explica que “En países del norte de Europa hay más cultura y más formación en reanimación cardiopulmonar y el porcentaje de pacientes que reciben RCP por testigos asciende al 70%”. En una línea de investigación muy interesante en el Camp de Tarragona, reconoce el investigador, “liderada por la doctora Cristina Rey desde la atención primaria del ICS, se trabaja en la formación en primeros auxilios para familiares de pacientes con riesgo de sufrir un paro cardíaco, y también en la creación de una red social de personas con esta formación”.
Además, Youcef Azeli explica que hay otra línea de investigación, con la participación de los médicos y médicas forenses, que ayuda a estudiar las causas de la muerte súbita: “Dado que muchas muertes súbitas no llegan al hospital, se notifican a los médicos y médicas forenses que estudian los casos siguiendo el protocolo del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña, y ayudan a averiguar las causas exactas de la muerte que, en muchos casos, no son de origen cardíaco”. El estudio ReCaPTa analiza las causas e investiga los factores de riesgo que ayuden a prevenir la muerte súbita.