El ICS Camp de Tarragona está potenciando la prevención desde la atención primaria con citologías y la vacuna contra el papiloma.

El Hospital Universitari Joan XXIII trata las lesiones de cáncer de cuello de útero con una unidad de oncología con cirugía robótica puntera.

Hoy viernes, 4 de marzo, es el Día Internacional de Concienciación sobre el Virus del Papiloma (VPH). El ICS Camp de Tarragona, a través de los equipos que tratan la atención sexual y reproductiva, el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Joan XXIII y las Unidades ASSIR de Tarragona y Valls, en los últimos años, han potenciado la prevención a partir de las citologías y las vacunas contra el papiloma. El Departamento de Salud ha triplicado el número de vacunas administradas a las mujeres en los últimos dos años.

En la lucha contra el cáncer de cuello de útero y la patología derivada del VPH, estos equipos del territorio establecieron una unidad específica monográfica, a dos niveles:

  • Nivel 1: Atención Primaria. El ASSIR hace el cribado y preventiva por parte de las parteras: citología cérvico vaginal (CCV), cada tres años, desde los 25 a los 65, en población de mujeres general, y consulta de ginecólogo por patología detectada en las citologías con un colposcopio de última generación con imágenes digitales. Se han hecho 11.429 visitas de prevención de cáncer de cuello uterino, se han administrado unas 220 vacunas (triplica el número de hace dos años) financiadas por el sistema público. Se han hecho 258 colposcopias (datos 2021).
  • Nivel 2: Atención Hospitalaria. Tratamiento de lesiones premalignas y de cánceres de cuello de útero con una unidad de oncología con cirugía robótica puntera. Se han realizado 67 conizaciones (quitar un trocito pequeño del cuello de la matriz que tiene la lesión provocada por el virus del papiloma) por lesiones premalignas y se han operado 14 cánceres de cuello de útero.

Prevención

El VPH afecta a chicos y chicas. Es la infección de transmisión sexual más común en individuos jóvenes, sexualmente activos, pudiendo contraerla y transmitirla tanto mujeres como hombres. El 75-80% de las personas sexualmente activas se contagiarán en algún momento de su vida.

El uso de preservativos en la forma correcta podría reducir las posibilidades de contraer cualquier infección de transmisión sexual, incluida la infección por el VPH. Sin embargo, el VPH podría infectar zonas no cubiertas por el preservativo, por lo que estos podrían no ofrecer una protección total.

También se puede contraer al tener relaciones sexuales con una persona infectada por este virus. Esta enfermedad se puede propagar fácilmente durante las relaciones sexuales anales y vaginales, y también se puede transmitir mediante relaciones sexuales orales o cualquier otro tipo de contacto cercano con la piel.

El VPH está relacionado, aproximadamente, con el 100% del cáncer de cuello uterino, el 100% de verrugas ano-genitales, el 70% del cáncer de orofaringe, el 70% del cáncer de vagina, el 90% del cáncer de ano, el 40% del cáncer de pene y el 40% del cáncer de vulva.

Estrategia Internacional

En la estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer de cuello uterino como problema de salud pública, adoptada por la Asamblea de la Salud en 2020, se recomienda un enfoque integral para prevenir y controlar el cáncer de cuello uterino. El conjunto de acciones recomendadas incluye intervenciones a lo largo de la vida.

El enfoque debe ser multidisciplinario e incluir componentes como la educación comunitaria, la movilización social, la vacunación, el cribado, el tratamiento y los cuidados paliativos.

La prevención primaria comienza con la vacunación de las niñas de 9 a 14 años contra el VPH antes de que inicien su vida sexual.

Las mujeres de la población general, sexualmente activas, deben someterse a pruebas de detección de células anormales o lesiones precancerosas en el cuello del útero a partir de los 30 años. En el caso de las mujeres sexualmente activas con VIH, el cribado debería comenzar a una edad más temprana, una vez hayan dado positivo en la prueba del VIH.

Los ensayos clínicos y la vigilancia posterior a la comercialización muestran que las vacunas contra el VPH son seguras y muy eficaces en la prevención de la infección por VPH, las lesiones precancerosas y el cáncer invasivo (3).